Lo que nos preocupa y nos ocupa de la migración

Las preocupaciones de la migración

La migración genera mucha preocupación en los países de destino y de tránsito, e incluso, en algunos países, la migración es un tema más relevante para su población que el desastre climático. Cada una de esas preocupaciones las podemos agrupar en cuatro grandes categorías: sobre la infraestructura; económicas; delictivas y culturales, y veamos qué sí y qué no tiene evidencias para ser preocupación y en qué nos debemos de ocupar.

Preocupaciones por infraestructura: colapsarán nuestros sistemas

Los migrantes no colapsan el sistema de salud. De hecho, en algunos países que reciben mucha migración, como Reino Unido, los migrantes forman una parte considerable del estado de fuerza de sus hospitales y clínicas (es decir, los migrantes “traen más salud de la que se llevan”), además de que los migrantes, en parte porque suelen ser más jóvenes, utilizan menos servicios hospitalarios que la población del país de destino. La migración puede tener un impacto positivo en los sistemas de salud del país de destino.

Sobre educación, los países que reciben a estudiantes de otros países lo hacen un negocio realmente exitoso. Por ejemplo, el Reino Unido tiene ingresos anuales que superan los 26 mil millones de dólares por el dinero que llevan estudiantes extranjeros a sus universidades. En ese país 19% de sus estudiantes y más de 30% del personal académico de sus universidades son extranjeros. Y para comparar, menos de 5% del personal académico y 2% de los estudiantes de la UNAM son extranjeros. La educación superior de México no está saturada por la migración.

Y sobre la educación básica, en México tenemos un problema inminente y es, de hecho, el problema inverso al de la saturación. La tasa de natalidad se ha reducido drásticamente, en especial en zonas urbanas como Monterrey o la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, por debajo de los niveles de natalidad que se observan en algunos países de Europa, como Noruega y Suecia, que sufren severos problemas por el envejecimiento de su población. 

Pirámide población de la CDMX y el Estado de México con datos de la Encuesta Intercensal del INEGI de 2015.

Imagina la crisis que le viene a la CDMX. Hace unos 20 años había 37% más niños menores de 5 años de los que hay ahora, es decir, la CDMX ha perdido más de 200,000 niñas y niños en los últimos 20 años. Ese proceso de envejecimiento por el que está pasando la ciudad tiene y tendrá un fuerte impacto. En las escuelas de la CDMX, cada ciclo escolar que empieza se inscriben menos alumnos, se requieren menos maestras y menos aulas, menos útiles escolares y uniformes, pero hay cada vez se requieren más geriátricos, más cuidadoras y más doctoras. Lo que faltará en la CDMX en el corto plazo y en el resto del país en el mediano plazo ¡son niñas y niños!.

El problema del envejecimiento hoy se ve en la CDMX y en otras ciudades del país en sus escuelas (han perdido casi 40% de su mercado en 20 años), pero ese golpe irá llegando a las siguientes generaciones. Por lo pronto, la gran masa de la CDMX está en su plena etapa productiva (el “bono demográfico”), pero en unos 15 años, esas generaciones que ahora forman la parte ancha de la pirámide, buscarán su retiro y no habrá nadie debajo de esa pirámide que lo sustente. Ante el severo reto que representa el envejecimiento, el Banco Mundial de hecho sugiere la migración como una manera de mitigarlo, y aunque claro que acelera el proceso de envejecimiento de los países de origen, suelen ser países más jóvenes. 

En México menos de 1% de su población proviene de otros países. Incluso de Latinoamérica, México es de los países que menos ha recibido migrantes (por ejemplo, en Argentina, 5% de su población proviene de otro país y en Chile es casi 3%), así que el impacto de la migración en otro tipo de infraestructura, como vivienda o transporte, es aún muy limitado.

Preocupaciones Económicas: perderé mi trabajo o me pagarán menos

Cuando llegan miles de migrantes a una ciudad, no sube el desempleo ni baja el sueldo de las personas. El impacto económico de los migrantes es en realidad positivo. Aceptar a migrantes no es un principio moral, es decir, no debemos de aceptar a migrantes “pues aunque tenga un impacto económico, soy una buena persona y pues, ni modo, hay que ayudarlos”. Al contrario, los migrantes contribuyen a la economía del país al que llegan mediante su trabajo, consumiendo productos y pagando por sus servicios e impuestos. En términos económicos, los migrantes contribuyen más de lo que se llevan.

El perfil de los migrantes empata muy poco con el de las personas del país de destino en cuanto a nivel educativo, experiencia laboral y conocimientos adquiridos, así que no son directamente competencia, o al menos no para una gran parte del mercado laboral. Los migrantes llevan conocimiento nuevo y distinto al que tienen en los lugares de destino y en algunas ocasiones, ese conocimiento se puede transformar en nuevas y exitosas empresas. Por ejemplo, la llegada de mexicanos al extranjero generó una proliferación de restaurantes mexicanos por el mundo, así como tortillerías, el consumo de tequila y cervezas mexicanas, grupos de mariachi, clases de salsa, eventos culturales y más en esos países, pues llegaron mexicanos que saben cómo preparar esa comida, o bailar y cantar esas canciones. 

Percepciones Delictivas: me vienen a robar

Posiblemente, el principal miedo que genera la migración es que vienen a cometer delitos. Sin embargo, hay mucha evidencia que muestra que los migrantes son menos propensos a cometer delitos que la población de origen, ya sea por miedo a autoridades que no conocen, a la poca familiaridad con el lugar, a la falta de una red para transformar objetos robados en efectivo, al miedo a ser deportados o al proceso selectivo que representa la migración.

En Estados Unidos se observó que es casi cinco veces menos frecuente que un migrante sea encarcelado, contra una persona de ese país. También se encontró que la población de migrantes de Estados Unidos comete menos delitos que la población de origen. Y de manera similar, ciudades con más migrantes no sufren más delitos que las ciudades con menos migrantes. ¿Eres más propenso a sufrir un delito con la llegada de migrantes? No. La idea de que “nos vienen a robar” son básicamente temores y desinformación promovidos por los medios de comunicación y las redes sociales. No, los migrantes no vienen a cometer delitos.

Preocupaciones Culturales: los que llegan no quieren integrarse a mi país

La integración y la pérdida de la identidad son preocupaciones culturales respecto a la migración. Y es entendible ese miedo: a mayor migración, menor sensación de pertenencia a algún lugar. “Si la migración sigue, no podremos distinguir la cultura italiana de la francesa, o la venezolana de la colombiana, pues todo será una mezcla y una representación de la misma cultura de migrantes”. Si bien es cierto que la cultura del país de origen y de destino se alteran con la migración, incluso en lugares cercanos, y con un flujo enorme entre ambos, como pueden ser Madrid y Barcelona; Liverpool y Manchester; el norte y el sur de Bélgica; el norte, centro y sur de Italia o las distintas regiones de México, no pierden su identidad conforme pasan las décadas y los miles de migrantes entre ellas. El sur de España es muy distinto al norte de España, pese al libre tránsito de personas entre esas dos regiones y así seguirá. Los migrantes suelen adoptar la cultura (o partes) del lugar al que llegan.

Finalmente, la integración de las comunidades migrantes es uno de los más grandes retos por resolver dentro del tema de migración. El problema de la poca integración de las comunidades migrantes no es para nada nuevo; basta ver algunos pequeños barrios que se forman dentro de las grandes ciudades, por ejemplo, Little Italy en Nueva York o el Barrio Chino de muchas ciudades. En Londres, por ejemplo, el sur y el este de la ciudad son barrios dominados por personas negras, el suroeste es dominado por personas blancas y el oeste por asiáticas. Pero la integración va mucho más allá del problema de segregación espacial. El problema de la poca integración pueden ser desde barreras de lenguaje, poca capacidad de encontrar trabajo en el lugar de destino, falta de asesoría legal o contactos sociales y más

El proceso de integración es mutuo entre los que llegan y los que reciben e incluye derechos y obligaciones de ambos: acceso al mercado laboral, a los servicios de salud y de educación, así como respeto a costumbres y tradiciones (de ambos). El proceso de integración efectivamente requiere una estrategia muy específica y puntual, que contemple el perfil de los migrantes y del lugar al que llegan. En los países de destino, la integración debe de ser una de las prioridades que contemple a los distintos niveles de gobierno, asociaciones, medios de comunicación y a la sociedad. La integración de las comunidades migrantes es lo que nos debe ocupar.

El reto de la migración es pensar que se puede detener

La principal preocupación sobre la migración está en la actitud de las personas. Por ejemplo, en México, 66% de las personas piensan que los migrantes son una carga para nuestro país, pues ocupan nuestros empleos y más de la mitad de los mexicanos está de acuerdo en que se utilice a la Guardia Nacional para combatir la migración. Ese México, que hace unos meses se indignaba con el muro de Estados Unidos, que depende de las remesas que le mandan desde el extranjero y que son consideradas como una “bendición” por nuestro presidente, que incluso festejó que hay más remesas este año que en cualquiera de los anteriores, es el mismo México que ahora sí exige que la migración se detenga. 

¿Y por qué tenemos tan mala impresión de los migrantes? Cuando los medios de comunicación de México hablan de mexicanos en otro país, suelen ser los casos de éxito, con personas triunfadoras y humildes. Pero cuando se habla de migrantes de otros países en México, son los delitos, la basura que dejan y hasta los frijoles que no se comen lo que ocupa nuestras noticias

El Banco Mundial sugiere como una de las políticas más relevantes sobre migración el promover la migración legal. No necesariamente porque ello aumente la migración: quien no tiene deseo de moverse, no lo hará, aunque sea legal, mientras que, quien tiene deseo y los medios para migrar, es muy posible que lo haga, aunque haya un muro de por medio, o sea de manera ilegal y con intermediarios. Promover la migración legal reduce la migración ilegal y todo lo que esa ilegalidad conlleva. La Organización Internacional para la Migración (IOM) incluso sugiere capacitar a los migrantes antes de que se muevan sobre sus derechos, identificar zonas en las que pueden maximizar su potencial, riesgos a los que se pueden enfrentar y acelerar su integración al nuevo lugar.

El principal reto en el tema de migración es que se requiere un cambio en la actitud respecto a qué hacer con ella. Lejos de que la migración se pueda detener, la prioridad respecto a la migración es ordenarla y legalizarla, preservar la integridad, seguridad y los derechos de las personas que se mueven, integrar a las personas a su nuevo hogar y maximizar los beneficios que la migración traen al origen y al destino.


Así concluye una serie de siete artículos en los cuales intenté hablar de distintos ángulos en los que yo entiendo la migración. Seguramente dejé muchos huecos, pues la migración es un tema sumamente extenso y dinámico. En total incluí, entre los siete artículos, más de 250 referencias a alguna publicación científica, algún documento de política pública, base de datos, texto de algún medio o fuente de información confiable. 

Los temas que abordé fueron:

  1. La migración no es nueva, aunque recibir migrantes es relativamente nuevo en México.
  2. Los migrantes se mueven muy corta distancia y suelen ser personas con cierto nivel de recursos las que se mueven.
  3. Recibir y mandar migrantes es positivo para el origen y el destino. Y no, los migrantes no vienen a cometer delitos.
  4. La migración tiene severos retos, como la fuga de cerebros, los intermediarios, la inseguridad en los traslados y la xenofobia y racismo en los lugares de tránsito y destino.
  5. La migración representa 3% de la población del mundo desde hace unos 30 años y la mayor parte de los migrantes son personas que se mueven dentro de su propio continente
  6. Nuestra percepción de la migración está muy sesgada por los medios de comunicación. A los migrantes de México los representan casi siempre como héroes y a los migrantes en México como delincuentes.
  7. La migración puede aliviar problemas de envejecimiento. De las preocupaciones de la migración, la integración de los migrantes debería de estar en la agenda de todos. 

¡Gracias por leer la serie sobre migración y por interesarte en un tema tan relevante!

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